Encontrar un momento de paz y sosiego en el transcurrir de los días a veces no es tarea fácil. Los quehaceres habituales, las obligaciones autoimpuestas, nuestros proyectos, trabajos y la entrega hacia los demás nos impiden encontrar un espacio en el que la mente pase a un segundo plano.
Cada viernes nos encontramos dentro de un clima familiar y de amistad para desconectar de nuestros pensamientos recurrentes y dejarnos llevar por un estado de sintonía con nuestra respiración, nuestro cuerpo y las percepciones que recibimos, así como apaciguar nuestras emociones.
El próximo viernes haremos conciencia de nuestro interior, de nuestra luz, de nuestra esencia. Entraremos en lo más profundo de nuestro interior para permitirnos una aceptación plena de la totalidad de nuestro ser. Vamos a darnos permiso para recibir todo lo bueno que me brinda la vida.
Todos y cada uno de nosotros conformamos una luz única, singular, especial, distinta a la de todos los demás. Penetraremos en nuestro interior para poder tomar conciencia de ella.