Tomar decisiones es habitual

Tomar decisiones es habitual. Cada día tomamos decisiones, unas mas conscientes , otras menos. Hay días que tomamos decisiones a las que llamamos “GRANDES” o “IMPORTANTES”.
O sea. Tomamos decisiones continuamente. No tomar decisiones es precisamente eso. Mi decisión es “no hacer nada”.
Tomamos decisiones. Eso es incuestionable. Pero lo que no hacemos tanto es parar a pensar , a analizar como las tomamos y aquí es donde os quiero llevar.
Venimos condicionados ya desde el nacimiento . Nacemos con una tendencia que nos viene de serie, y en eso está implicado en parte la toma de decisiones.
Añadimos a esto nuestras experiencias, nuestra educación,  la interpretación de nuestra toma de decisión anteriores y tenemos una manera de proceder condicionada , con una visión posiblemente limitada.

“¡ Si así me fue bien ,lo haré así!”
“¡ Si así no me fue bien, no lo haré así!
“¡Si me fue mal . Mejor no tomar decisiones!”
“¡Si me fue bien. Puedo tomarlas sin preocuparme!”

Estos razonamientos no suelen funcionar. En la vida cada momento es diferente. Cada ocasión es irrepetible y cada decisión única.
A esto le podemos unir una visión del futuro limitada.

“¡Haga lo que haga va a salir mal!”
“¡Seguro que salir bien!”
“¡Todo tiene su lado Bueno!”

Así tenemos una combinación perfecta para no tomar responsabilidad en  nuestras decisiones: Manera de proceder condicionada y visión del futuro limitada .

Pero también es posible parar. Reencontrar de donde partimos.  Buscar un lugar donde cada decisión es nueva, evitando condicionamientos del pasado. No evitar, no autoengañarse.

Vale la pena, dejarse acompañar, asesorar en este proceso.
¡Tomar decisiones es inevitable. Hacerse responsable de ellas es mucho más! Es coger las riendas de tu vida!